FORO ANDALUCÍA Y MARRUECOS: EDUCANDO HACIA LA DIVERSIDAD

Los pasados días 20 y 21 de Noviembre, el departamento de orientación asistió al Foro “Andalucía y Marruecos: educando hacia la diversidad” celebrado en el antiguo Pabellón de Marruecos de la Expo del 92, actual sede de la Fundación Tres Culturas.

El foro estaba dirigido al público en general, aunque de forma más particular al profesorado andaluz y marroquí residente en Andalucía, así como a los distintos agentes del sistema educativo y de la sociedad civil, junto con las comunidades de inmigrantes, especialmente de origen marroquí. En nuestro centro contamos con un alumnado muy diverso y de diferentes nacionalidades.

Más de 93.000 alumnos y alumnas de origen inmigrante están matriculados en las diferentes etapas de la educación obligatoria en Andalucía. La gestión inclusiva de la diversidad y el papel de la educación han servido de base para la celebración del Foro.
Este encuentro nos proporcionó los conocimientos necesarios sobre la gestión de la diversidad como elemento clave. Para ello, se plantearon la organización de una serie de ponencias, talleres y mesas redondas que tenían como finalidad conocer qué es la diversidad multicultural, sus beneficios y las buenas prácticas educativas que se están desarrollando en diferentes ámbitos geográficos.
En concreto, se planteó poner en valor el trabajo que viene desarrollando el sistema educativo andaluz en el desarrollo de una escuela inclusiva y respetuosa de la diversidad e impulsora del éxito educativo para todos, así como ofrecer un lugar para el intercambio de opiniones entre expertos, personalidades del mundo de la educación y de la universidad y diversos agentes del sistema educativo en el que, particularmente las comunidades de inmigrantes, sobre todo de origen marroquí, pudieron expresar sus necesidades, sugerencias y aspiraciones.
La escuela, y por ende la educación, deben constituir un instrumento para luchar contra la intolerancia y la discriminación, desarrollando y consolidando una cultura de paz que fomente actitudes democráticas y tolerantes, entendidas como elementos esenciales de la formación integral de la persona. Se trata de promover el respeto y  la comprensión mutua entre el alumnado y, en definitiva, una cultura de paz que debe tener una proyección más allá del aula, en la vida social, como manifestación de la convivencia ciudadana pacífica y la prevención de la violencia y del radicalismo.
A lo largo de las jornadas en que se desarrolló el foro intervinieron profesionales de distinto índole, como Morad Dahbi, educador de la fundación Sevilla Acoge, que indicó "hay que enfocar la educación hacia el niño, no hacia el inmigrante", cuya intervención se centró en la importancia de la educación emocional. Este joven partió de su experiencia personal. Dahbi Llegó a Andalucía hace 16 años procedente de Marruecos. Ni quería irse de su país ni sabía nada de la cultura española. Además de la barrera del idioma, reseñada por varios de los ponentes, no le fue fácil integrarse, pero gracias a su entorno más cercano y a la confianza en sí mismo, pese a repetir un par de cursos tras su llegada, ha llegado a sacar la mejor nota de Selectividad en la asignatura de Griego "a veces no es tan importante que te impongan que tengas que sacar buenas notas, sino confiar en salir adelante", indicó, apostando en esa línea por "estar cerca del alumno" pero alejándose de estereotipos y prejuicios. Por eso destacó la necesidad de "centrarse en el alumno" y trabajar también con las familias "a veces nos olvidamos que por encima de todo deben estar los niños, que es el colectivo más vulnerable", "educar no es solo coger el boli y aprobar sino jugar, convivir, relacionarse", indicó a la hora de repasar las iniciativas de la fundación que le acogió y donde ahora trabaja como educador.
Otro ejemplo de lo que supone la inclusión fue Sanae En-Nazeh Belkeir, alumna  del IES Torreblanca de origen marroquí y premio extraordinario del Ayuntamiento de Sevilla a los mejores expedientes en Secundaria. Es la segunda de cinco hermanos, todos nacidos en Sevilla. Quiere ser doctora. Sus padres llegaron, tras casarse en Marruecos, viajaron como tantos otros en busca de trabajo. Y ella señaló que "el principal problema fue el idioma. En casa hablábamos en árabe y en el colegio costaba entender a los profesores. Tuve que recibir clases particulares". Apoyada por el profesorado de su instituto, que ahora comparte ya con alguno de sus hermanos, consiguió avanzar sin haber sentido "nunca" algún tipo de discriminación por su origen extranjero.
La presidenta de las Asociaciones de Madres y Padres de Alumnos de Andalucía (Codapa), Estela Gil de la Parte, intervino en referencia a posibles prejuicios en las aulas que "los niños no ven la diferencia, eso es cosa de nosotros los adultos". La representante de las familias andaluzas  resaltó el papel "fundamental" de la participación de éstas en los centros educativos para conseguir una verdadera educación inclusiva.
Un buen ejemplo de integración también puede ser Moguer (Huelva), una localidad donde conviven hasta 52 nacionalidades, también en los centros educativos, donde se enseña a los que serán los futuros adultos del pueblo, según destacó Francisca Griñolo Mora, concejala de Educación del Ayuntamiento de Moguer. La edil recordó que fueron mujeres trabajando en la fresa las que primero se asentaron en Moguer pero que después fueron llegando también hombres. "La inclusividad supone el respeto a todas las personas", dijo, apostando por "trabajar la empatía" y mostrando "orgullo" de convivir con las personas que una día llegaron a Moguer y ahora se han convertido en vecinos de todos.
A lo largos de las dos jornadas en que se desarrolló este foro, se centró en analizar los espacios de participación inclusiva en Andalucía, con especial atención a buenas prácticas desarrolladas en el ámbito andaluz. De este modo, se han dado también a conocer experiencias como las del CEIP Maestra Caridad Ruiz de Sanlúcar de Barrameda (Cádiz) y su iniciativa ‘Sin fronteras para el aprendizaje: Una escuela de todos para todos’, o los proyectos ‘Dinamización de espacios educativos interculturales a través del juego, la música y la danza’ (Almería) y ‘Educar en equidad’ (Granada).
Además de todo lo anteriormente mencionado, también tuvimos la presencia de Mª del Rosario García Molina, la creadora del método de lectoescritura para alumnado sordo “A jugar!!!”, en el que cuenta cómo trabajar el método para lograr la integración en la lectura de las personas con déficit auditivo. La ponente, que ha trabajado durante más de 40 años en el campo de la integración de personas sordas y atención primaria, destacó que el docente debe encontrar la potencialidad de cada alumno para fomentarla. “A través del juego, la gesticulación, la vibración generada por el sonido, la grafía, la lectura labial, el lenguaje de signos y los ejercicios rítmicos vamos componiendo diferentes ejercicios que les enseñarán las vocales”, explicó.
El método lúdico-fonético de lectoescritura ¡A jugar¡ cuenta ya con varias ediciones desde su primera publicación en el año 1992, además ha sido traducido al árabe. Elaborado por Mª del Rosario García Molina y José Manuel Trigo y editado por el Club UNESCO de Sevilla y la Fundación ONCE se trata de un método de trabajo para la enseñanza de la lectoescritura con alumnos con déficit auditivo, con una gran cantidad de fichas, tarjetas de trabajo y hojas de actividades. Más tarde, en el año 2005, también se le incorpora vídeos que muestran los fonemas, la presentación del signo, la vocalización del léxico y escenas con ritmos vocales, así como técnicas de trabajo. Al finalizar el foro, los asistentes a éste recibimos un cd con el método descrito por García Molina con el objetivo de que nosotros mismos seamos capaces de trabajarlo con nuestro alumnado que lo requiera.

         La asistencia a este foro ha sido una experiencia muy enriquecedora tanto a nivel profesional como personal, conociendo diferentes experiencias y métodos inclusivos, favoreciendo, de esta forma, la inclusión de todo el alumnado en las aulas, partiendo siempre de sus conocimientos y teniendo en cuenta no sólo sus dificultades, sino sus posibilidades de éxito, y siendo en éstas donde debemos incidir en nuestra práctica educativa.





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